lunes, 28 de octubre de 2013

El Gobierno minimizó la derrota de Insaurralde y nacionalizó los resultados



Boudou y Scioli encabezaron el búnker y disimularon el triunfo de Massa y la caída de Filmus; se conformaron con haber conservado la mayoría en el Congreso.-

Derrota compartida. El Gobierno y Daniel Scioli asumieron ayer el golpe en la provincia de Buenos Aires con un discurso que buscó disimular el mal trago. Concentrada en minimizar la pérdida en la provincia de Buenos Aires y la banca de senador por la Capital, la Casa Rosada leyó sorpresivamente las elecciones como un triunfo a nivel nacional de la fuerza política que conduce Cristina Kirchner.
El búnker del Frente para la Victoria (FPV), compartido entre los bonaerenses y los porteños, se tiñó de amargura cuando comenzaron a caer los primeros resultados que daban una diferencia arrasadora en favor de Sergio Massa y dejaban afuera del Congreso a Daniel Filmus, en representación de la Capital.
Sobre el escenario, el Gobierno se encargó de reeditar la historia de la derrota. Previendo la distancia que separaría a Martín Insaurralde del intendente de Tigre, ideó una lectura nacional. Al mando del vicepresidente Amado Boudou, que explotó estridente discurso triunfalista, los ministros y candidatos se comunicaron vía teleconferencia con un grupo de gobernadores para dar cuenta de que el FPV se quedaba con cinco diputados más y seguía, así, manteniendo la mayoría parlamentaria con quórum propio, aunque más ajustado, en el Senado.
Boudou y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, se pusieron al hombro la derrota, que nunca existió como tal en boca de los kirchneristas. El único que dio cuenta de su pérdida fue Filmus, que apenas tomó el micrófono saludó a sus contrincantes y ganadores.
Insaurralde obvió mencionar a Massa, agradeció a los bonaerenses y le prometió a Cristina que la acompañará "hasta el último día". Estaba fastidiado antes del ingreso al escenario porque no lo iban a dejar hablar hasta el final.
 
El kirchnerismo queda con un ajustado quórum en el congreso.  
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Cuando ya todos se estaban por despedir, Boudou regaló la frase de la noche. Tomó el micrófono nuevamente, oficiando de animador de un show, y lanzó: "Porque no se cambia de caballo a mitad del río... Daniel Scioli", gritó para darle la palabra al gobernador, que había ensayado un acuerdo con Massa previo al cierre de listas hasta que en el último día se volcó por mantenerse alineado a la Presidenta. Ni en el sciolismo ni en el kirchnerismo quedó claro si el mensaje que mandaba el vice era a favor o en contra del gobernador. "Tenemos que seguir perseverando y estar todos juntos en los nuevos desafíos que se vienen", planteó el mandatario provincial, a cargo de la campaña de Insaurralde en el último tramo, cuando Cristina Kirchner abandonó la escena pública por su operación del hematoma craneal que le detectaron hace menos de un mes.
De reposo en la quinta de Olivos, la ausencia de la jefa del Estado en la intimidad de los pisos reservados del NH Tango, donde se montó el búnker kirchnerista, fue suplantada por Boudou, Scioli, Abal Medina y Carlos Zannini. En el tercer piso, sobre un lobby con mesas y sillones, se ubicó el gabinete completo y los integrantes de la lista. También había representantes del sindicalismo, que apuestan ya por Scioli para 2015. Estaban Antonio Caló, Omar Viviani, José Luis Lingieri y Víctor Santamaría. Dos habitaciones laterales eran para Boudou y para el equipo de prensa que comanda Alfredo Scoccimarro. Un piso más arriba, esperaron Scioli y su gabinete, y en otra habitación, pegada a la del gobernador, se quedó Insaurralde, junto a su pareja, Jesica Cirio.
Allí, se monitoreó desde temprano la elección, con la derrota ya palpable. Pero el clima del búnker se transformó cuando llegaron los primeros resultados y Filmus perdía la banca en el Senado, la gran incógnita de estos comicios, en los que la derrota bonaerense estaba cantada.
Hacía tres días que el Gobierno se imaginaba el escenario con el triunfo de Massa. Y aunque esperaban menos diferencia, ya habían comenzado a preparar la lectura nacional de los resultados con la convocatoria a los gobernadores para sumarlos vía teleconferencia. Hablaron Jorge Capitanich (Chaco), el senador Miguel Pichetto (Río Negro), José Alperovich y Juan Manzur (Tucumán) y Sergio Urribarri (Entre Ríos). Todos recordaron a Néstor y a Cristina Kirchner, resaltaron el resultado a nivel nacional y ofrendaron las bancas que le daban a la Presidenta.
Pero el más ovacionado de la noche kirchnerista fue Urribarri. Al grito de "Pato, Pato", los militantes lo vivaron y el gobernador no los defraudó. En busca de consolidarse como el heredero, dijo que seguirá acompañando a la jefa del Estado hasta los "momentos más duros", chapeó con que sabía que pronto Cristina estaría de vuelta y que estaba mejor de salud y se despidió con una arenga más propia del cristinismo puro que del peronismo tradicional. "A los poderes que no van a elecciones les molesta este proyecto", lanzó, y cerró para la hinchada dedicándole su triunfo a la "Presidenta más exitosa de la democracia moderna".
"Con eso licuamos el poder de Massa", se esperanzaba anoche un hombre del equipo presidencial para dar cuenta de la idea de "nacionalizar" la elección con la aparición de los gobernadores.
En el escenario no hubo imágenes de los candidatos. Sólo se veían fotos del abrazo de Néstor y Cristina, y de Juan Perón y Eva. Lejos de echarle las culpas a Scioli, el Gobierno compartió la derrota. El gobernador pidió expresamente hablar a Abal Medina y lo dejaron para el final. Poco antes de las 21 ya había salido a dar la cara en medio de una maraña de periodistas. Lo hizo después de hablar con Massa, en una conversación cordial.
Zannini, el hombre fuerte del Gobierno sin Cristina, se mantuvo ayer más alejado de la primera línea, con su mano enyesada. Cristina, en Olivos, estuvo sola con Florencia, su hija.

MÁXIMO NO HACE FUTUROLOGÍA

"No estoy acostumbrado a hablar", dijo Máximo Kirchner, en un breve y sorpresivo diálogo con la prensa, luego de votar en la escuela 44 de Río Gallegos. Visiblemente relajado, contó que su madre, la presidenta Cristina Kirchner, cumple el reposo médico y reveló que a su familia, a tres años de la muerte de Néstor Kirchner, "los mensajes de la gente nos hacen bien". Acompañado por su hermana Florencia, cuando le preguntaron si iba a dedicarse a la política en el futuro, respondió que no hacía "futurología".

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