domingo, 24 de agosto de 2014

Otra vez sopa: se dispara el blue y sojeros se sientan sobre la cosecha a la espera de la próxima devaluación


La liquidación de divisas cayó abruptamente. Ruralistas no quieren salir al mercado y están “guardando” los granos en silobolsas, tras las mayores expectativas devaluatorias. Esto profundiza la tensión cambiaria al no haber financiamiento externo. Temor por la Ley de Abastecimiento .
La nueva fórmula de pago a los bonistas que busca impulsar el Gobierno por el momento no convence a los grandes fondos, cuyos estatutos no les permiten cobrar fuera de Nueva York.
tampoco convence al mercado, lo que llevó a una fuerte caída de acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street y a una disparada del dólar blue, que llegó a tocar los $14, luego de avanzar más de 50 centavos en apenas dos jornadas.
Y mientras los economistas trazan análisis sobre cómo este nuevo “default crónico” -que amenaza con convertirse en una herencia para el próximo Gobierno- va a impactar en la economía real, hay un sector que ya lo está sufriendo de lleno: el agro.
Sucede que la disparada del precio del dólar blue, que amplió la brecha hasta un 66% respecto del oficial, se convirtió en un claro desincentivo para que los productores se desprendan de la cosecha, incluso pese a las perspectivas que marcan una tendencia bajista en la cotización de la soja.
El dato clave es que, en los últimos dias, conforme se fue enrareciendo el clima por la dilatación de la crisis con los holdouts, los “sojadólares” comenzaron a escasear.
En efecto: entre el 11 y el 15 de agosto, las cerealeras ingresaron a la plaza doméstica apenas u$s398 millones.Esto encendió una luz de alarma en el Banco Central: la última semana más floja en materia de divisas había tenido lugar seis meses atrás, a mediados de febrero. Es decir, previo a la llamada “temporada alta” de liquidación de la cosecha.
Eso no es todo: el pronóstico es que, conforme pasen los días, el ritmo de ingreso de “sojadólares” baje aun más.
En este sentido, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario -la plaza por excelencia donde se negocia el grueso de la oleaginosa-, advirtió que “el mercado continúa con escaso volumen de operaciones comerciales“.
Esto implica que hay muy pocos productores dispuestos desprenderse de sus granos, dado que ahora están mostrando un claro comportamiento especulativo, a la espera de una aceleración del tipo de cambio oficial.


Vuelve la especulación 

“En estos momentos en que hay muchísima volatilidad cambiaria, los productores están moviéndose con extrema cautela. A ellos les representa una mejor cobertura quedarse en granos que en pesos”, apuntó Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural.
Cabe destacar que, hasta la semana pasada se habían liquidado u$s17.000 millones.
En tanto que, a igual fecha del año anterior, las grandes cerealeras habían ingresado unos u$s16.400 millones.
Si bien hubo un crecimiento (de u$s600 millones, es decir, menor al 4%), un punto clave es que en esta última campaña la producción sojera trepó hasta las 55,6 millones de toneladas, frente a las 49,3 millones del ciclo pasado.
Esto implica que, pese a haber 6,3 millones de toneladas extra de la oleaginosa, esto no se está viendo reflejado en la liquidación.
En la misma línea, Patricia Bergero, subdirectora de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, confirmó a iProfesional que “a medida que fue aumentando la incertidumbre y se fue acelerando el ritmo de devaluación, los productores comenzaron a tener una actitud más prudente y a guardar inventarios“.
Un dato que refleja un comportamiento más especulativo por parte de los productores, que le escapan a la moneda local, está en el bajo nivel de ventas hacia las empresas exportadoras, que son las que, en definitiva, envían la cosecha al exterior y luego ingresan las divisas. 
Este indicador es fundamental, dado que es una suerte de “termómetro” que marca el humor de los productores y muestra cuán conveniente es la relación precio internacional-tipo de cambio.
Según confirmaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta la segunda semana de agosto, los exportadoreshabían comprado a los chacareros unas 31 millones de toneladas.
Si se considera una cosecha de 55,6 millones, esto implica que, al día de hoy, todavía hay descansando en lossilobolsas unas 24,6 millones de toneladas. Es  decir, el 45% de lo obtenido durante esta campaña.
Cabe destacar que, al mismo período del año pasado, los granos que estaban en poder de los productores representaban algo más del 35%. 


A la espera de una mayor rentabilidad
El hecho de que se haya reducido el ritmo de liquidación por parte del agro, o que se cierren cada vez menos contratos en el mercado de Rosario, está estrechamente vinculado con la ampliación del gap entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. 
En definitiva, los productores están frenando ventas porque desde hace semanas se les viene desplomando surentabilidad en términos de dólar blue y porque -un punto no menor- aspiran a una corrección cambiaria de cara a los próximos meses.
¿Cómo era antes la ecuación para los sojeros y cómo es ahora? A mediados de abril, el Gobierno se habíapreocupado para que el campo se viera motivado desprenderse de la cosecha.
Para ello, el titular del Central, Juan Carlos Fábrega, hasta les tendió una suerte de “alfombra roja” durante la llamada pax cambiaria, cuando el oficial estaba anclado en los $8 y el paralelo rondaba los $10,30, lo que arrojaba una brecha cercana al 29%.
En ese entonces, se necesitaban menos “dólares sojeros” para comprar blue.
Esto constituía un claro incentivo desprenderse de los granos, lo que se plasmó en una lluvia de divisas que comenzó a fluir.
¿Cómo es la situación hoy? El llamado “dólar sojero” cotiza a $5,45, es decir, apenas unos centavos por encima de los niveles de abril.
El problema es que el paralelo, en ese mismo lapso, se disparó: de modo que hoy el productor necesita 2,5 “dólares sojeros” para poder adquirir un dólar blue.
Al analizar las variables en función del precio de la tonelada de la oleaginosa que se paga en Rosario, también queda en evidencia el fuerte deterioro de la rentabilidad de los ruralistas: 
• Un chacarero que en abril había vendido 100 toneladas del “yuyito” (cuando cotizaba a $2.435), se podía hacer de $243.500. En términos de blue esa cifra representaba unos u$s23.650.
Pero, con la disparada del paralelo, la conversión de granos en billetes verdes contantes y sonantes perdió atractivo: 
• Hoy en día, un sojero que venda en el mercado local unas 100 toneladas, logra embolsar $237.000. En términos de blue, equivale a u$s16.900. Es decir que, por cada 100 toneladas comercializadas, actualmente reciben casi u$s7.000 menos que hace cuatro meses, lo que implica un derrumbe de la rentabilidad de casi 30%.
En este contexto, Ambrosetti aseguró que, mientras siga la volatilidad y se mantengan las proyecciones de una mayor devaluación, los productores buscarán de refugiarse en los granos y “tratarán de vender lo menos posible. A lo sumo optarán por canjear parte de la cosecha por insumos, sin pasar por pesos”.


Impacto en el tipo de cambio 
Desde Econviews alertaron que, de mantenerse los actuales precios de la soja, al problema de que los productores se sienten sobre los granos y demoren la liquidación, habrá que sumarle la caída del valor de la cosecha.
En este contexto, la consultora dirigida por Miguel Kiguel, advirtió que “habrá menos ingresos de divisas y elBanco Central tendrá menos capacidad para recomponer sus reservas“.
Puesto en números, estimaron que el contexto más adverso podría estar asociado a un costo equivalente a unosu$s1.500 millones de acá hasta fin de año y de unos u$s4.000 millones durante 2015.
Es una muy mala noticia para las reservas”, alertaron desde la consultora.
El problema es que el default “hasta nuevo aviso” cerró cualquier posibilidad de ingreso de billetes verdes por fuera de los que liquiden los exportadores.
Sin esos recursos, el Central deberá volcar al Tesoro $130.000 millones hasta fin de año, lo que redundará en más presión sobre el tipo de cambio.
En este sentido, el consultor Salvador Di Stefano advirtió que, “al caer la rentabilidad de la soja, el hombre de campo deja de derramar recursos sobre los grandes centros urbanos. Esto genera que el Central reciba menos divisas y el Tesoro pierda recursos por las retenciones, con lo cual, se vendrá un ajuste, que pasará por el tipo de cambio“.


Temor a una embestida oficial
Un gran problema que enfrenta el Gobierno es que el superávit comercial, apalancado fuertemente en el “yuyito”, está sufriendo un fuerte deterioro en lo que va del año.
“Las dificultades de la economía argentina en su frente externo se vienen agravando en los últimos meses”, advirtieron desde Econométrica, que -al problema de la soja- le sumaron la desaceleración de Brasil y la pérdida de competitividad.
Así las cosas, en lo que va del año, el saldo comercial apenas viene aportando u$s3.700 millones, casi 30% menos que en igual período de 2013.
Y las proyecciones no son alentadoras: para la Cámara de Exportadores, no pasará de los u$s6.300 millones, constituyéndose en la peor marca en más de una década.
Bajo estas malas perspectivas, en el sector rural está creciendo el temor de que el Gobierno opte por forzar de algún modo la venta de las más de 20 millones de toneladas de soja que descansan en los silobolsas.
En este sentido, cobran relevancia las modificaciones impulsadas por el kirchnerismo a la Ley de Abastecimiento, vistas por el sector empresario como un intento de aumento del control estatal en el sector privado.
Desde la Sociedad Rural Argentina advirtieron que “el campo sabe de las consecuencias de la excesiva intervención del Gobierno en el mercado, que no sólo afectó a los productores agropecuarios sino también a los consumidores”.
“Cualquier intento por profundizar este camino sólo puede llevar a incrementar la pérdida de producción, inversión y empleo“, completaron.
En tanto, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Rubén Ferrero, manifestó que, con esta ley, “el Gobierno lo único que busca es poseer mayores mecanismos sancionatorios. En el agro ya sabemos que esto nunca terminó bien: caímos en producción y exportación de trigo y carne y en leche estamos totalmente estancados”.

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