La industria bovina ahorraría, de esta forma, millones de dólares.
El test consistiría en un ensayo molecular, o reacción en cadena de la polimerasa, que detecta bacterias basándose en las secuencias genéticas y se centraría en la detección de cuatro genes, de forma que el diagnóstico de la toxina Shiga sería más rápido y exacto.
Según publica la Kansas State University, investigadores de esta universidad están llevando a cabo un proyecto para mejorar las técnicas de detección de la toxina patógena Shiga, producida por E. coli O157:H7. El proyecto está siendo financiado por el USDA.
El equipo de investigación forma parte de la Facultad de Medicina Veterinaria y estudian la seguridad alimentaria en la carne de vacuno. Han desarrollado y validado un un ensayo molecular que puede detectar y cuantificar los principales genes específicos de E. coli O157.
Conseguir la detección de E.coli antes de que contamine potencialmente los productos ahorrará millones de dólares a la industria y beneficiará a los consumidores, ya que se garantiza la seguridad del producto.
La novedosa prueba desarrollada consiste en un ensayo molecular, o reacción en cadena de la polimerasa, que detecta bacterias basándose en las secuencias genéticas, que son las “huellas dactilares” de las bacterias. La prueba es rápida y menos costosa que los métodos que se utilizan hasta el momento. El método puede ser automatizado y analizarse muchas muestras en un corto periodo de tiempo.
El test puede utilizarse en un laboratorio de diagnóstico o de investigación para detectar con precisión de E. coli y puede ayudar al control de calidad en las instalaciones de ganado vacuno.
La novedad es que el test se centra en cuatro genes, y los investigadores están trabajando de continuo en encontrar formas mejores y más sensibles para detectar la toxina de E. coli en las heces de los animales
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